El saneamiento básico de aguase trata de una práctica de bajo costo que elimina de manera higiénica las aguas residuales, brindando así la seguridad de tener agua limpia a muchas personas y protegiendo los mantos acuíferos y los recursos del océano; pero no es una práctica habitual en Costa Rica.
Este ha sido uno de los mayores retos del siglo XXI ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 844 millones de personas en el mundo carecen de acceso a un agua segura y 2300 millones de personas no tienen acceso a instalaciones sanitarias básicas. En consecuencia, cada año alrededor de 4 millones de personas, la mayoría niñas y niños, mueren por enfermedades relacionadas con agua y saneamiento.
“Esto se da principalmente en países en desarrollo, donde muchas personas no tienen conexiones adecuadas de alcantarillas o de sistemas sépticos. En Costa Rica el impacto del saneamiento básico significa mucho más allá de una comodidad”, indicó Luis Rodríguez, Gerente Comercial Triángulo Sur Centroamérica de Amanco Wavin.
En nuestro país, incrementar la cobertura de saneamiento es el siguiente reto país en materia de prestación de estos servicios; pues si bien un 93% de los hogares tiene acceso a agua potable, una de las coberturas más altas a nivel regional; solo un 15% cuenta con sistema de alcantarillado con tratamiento, según un informe de agua para consumo humano y saneamiento del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA elaborado en el 2019. Esto ocurre porque el sistema de tratamiento de aguas residuales no está desarrollado.
Tradicionalmente ha existido una costumbre de conectar al tanque séptico únicamente las aguas negras, no así las jabonosas, que en general se desechan en el cordón de caño y de esa forma terminan en los ríos y océanos. La práctica correcta sería que esas aguas estén conectadas al drenaje para que se filtren y no vayan a la vía pública, ríos y océanos; o que sean desechadas mediante una tubería diferenciada que lleve a plantas de tratamiento de aguas, como la que actualmente se intenta poner en funcionamiento en la provincia de San José.
Cambio desde la industria constructiva
Pero en vista de que no existe esta solución, los nuevos desarrollos inmobiliarios vienen cambiando esta tendencia, así Amanco Wavinha trabajado de la mano de empresas constructoras múltiples proyectos de tratamiento de aguas residuales en los últimos 10 años a lo largo del Gran Área Metropolitana, entre ellos se puede mencionar SourceLiving, Korú, Bougainvillea, Paseo del Prado y Hacienda Colón. Para ello se utilizan diferentes productos para el tratamiento de agua primaria en un rango de40 m3/día hasta 300 m3/día, como biodigestores, plantas de tratamiento y fosas sépticas, que se encargan de almacenar, depurar y reutilizar de manera continua el recurso hídrico.
“Esta tendencia incorpora el tratamiento de aguas residuales en plantas de los desarrollos inmobiliarios, lo que se traduce en una menor contaminación ambiental, y en un tratamiento adecuado de las aguas jabonosas (residuales)”, afirmó Rodríguez. Según el gerente esto responde a los desarrollos construidos bajo la sombrilla de construcción sostenible, que no sólo busca un menor impacto en cuanto a usos de recursos en el proceso constructivo, sino también un menor impacto en la vida del proyecto como tal.
En estos desarrollos se busca que todos los componentes estén diseñados para disminuir el impacto ambiental, y el tema del saneamiento del agua es crucial en el proceso.
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