El bicentenario de la independencia de Costa Rica tiene muchos puntos de vista, todos ellos por el cambio que representó desde lo administrativo y social, hasta lo político y cultural. Es ahí donde también surgen cambios en el campo del diseño y la construcción, con diferentes influencias que aún hoy podemos ver en distintas obras en el territorio nacional.

Benjamin García Saxe, Fundador y Director de diseño de Studio Saxe, explica que se puede percibir como en esos primeros años, la arquitectura tenía cierta caracterización, por ejemplo las personas indígenas utilizaron los materiales a su disposición para generar estructuras que se adecuan al clima adecuadamente con el mínimo de recursos disponibles. Esta respuesta instintiva de protegerse del medio y generar comunidades es probablemente el legado más importante que se puede referenciar en el presente.

Álvaro Rojas, Educador y Arquitecto Fundador de FOROARQ, señala que en cuanto a arquitectura, los españoles, introdujeron sus técnicas de construcción mediterráneas en adobe, adaptadas a las condiciones locales y la arquitectura de adobe se convirtió por muchos años, incluso hasta durante buena parte del siglo 20, en un gran aporte a la cultura costarricense, sobre todo a la cultura visual y paisajística, que además trascendió a las artes plásticas como, por ejemplo, en la obra pictórica de Fausto Pacheco.

“No obstante los costarricenses no supimos traducir los valores de la arquitectura colonial, entre éstos, su sencillez expresiva y plástica, su estrecha relación con las demandas del clima, los magníficos espacios que surgían debajo de los techos inclinados a fuertes ángulos requeridos por el sistema constructivo de las cubiertas de tejas de barro, los amplios corredores, la frescura de los espacios interiores debido a que los muros eran gruesos, a los cielos altos y a la protección que los grandes aleros, sobre todo los de los corredores, daban a esos muros y sus vanos”, dijo Rojas.

El Fundador de Studio Saxe, concluye que en esta etapa, que con la llegada de los Españoles vemos edificaciones que cambian el estilo europeo y lo tropicalizan para adaptarse también a este clima. Vemos estrategias de patios internos, paredes y métodos constructivos que aun son relevantes para la arquitectura contemporánea”.

Benjamín García

Benjamín García

García menciona que en los siglos XIX y XX, se da un auge de las ciudades y por ende edificaciones culturales como: el Teatro Nacional y más adelante el museo de Oro de la Plaza de La Cultura que intentan cementar la idea de cultura y urbanismo que hoy en día se busca, para mejorar la calidad de vida de las personas dentro de la ciudad.

El Arquitecto Ramón Pendones de Pedro, MBA, Mag. Diseño Urbano y Vicepresidente de OPB Arquitectos, menciona que en este periodo Republicano, se destaca la construcción de inmuebles como: el Palacio Nacional (1855) y el Palacio Presidencial (1869) pero también se construyeron cuarteles y el de Alajuela (1874), hospitales como el Asilo Chapuí (1890) y el HSJDD (1885), edificaciones culturales como el Teatro Nacional (1897) y educativas como el Liceo de Señoritas (1888) entre otras. Todas ellas bajo la evidente influencia de los cánones arquitectónicos europeos de la época, los cuales fueron adoptados por la elite liberal dirigente del momento”, destaca Pendones de OPB Arquitectos.

Ramón Pendones

Sin embargo, no todo era color de rosa, ya que la arquitectura sufría mucho con los temblores y los terremotos, al punto de que después del terremoto de 1910, en Costa Rica se prohibió la construcción en adobe y tejas de barro, lo que  hizo que la construcción se orientara hacia las técnicas en madera hasta que surgieron otros materiales como: el ladrillo de barro, el concreto armado, los bloques de concreto, las láminas de zinc, el asbesto cemento, etc. agrega Álvaro Rojas

Asilo Chapuí, Foto: José Francisco Chacón Pacheco

Pendones añade que en la segunda mitad del s. XX, con la adopción del Movimiento Moderno en la arquitectura, el uso de la mampostería de bloques de concreto y del hormigón reforzado propulsó un viraje de nuestra arquitectura hacia la contemporaneidad. Posterior a la Guerra Civil de 1948, el Estado Costarricense se fortalece y su carácter paternalista, se convirtió en agente desarrollador a través de la construcción de edificios para la nueva institucionalidad emergente. Edificios emblemáticos para la historia reciente se construyeron bajo los cánones del Movimiento Moderno como lo fue la creación del Circuito Judicial que los compone los edificios de la Corte Suprema, los Tribunales de Justicia y el del OIJ (1966-1978), la sede central de la CCSS (1971), el edificio del ICE en La Sabana (1972) y el edificio del INS (1974), entre otros.

“Sin embargo, la disrupción con el pasado construido fue tan evidente y nefasta, que de esta época data la infame demolición del Palacio Nacional en 1958 por José Figueres Ferrer para la construcción del Banco Central y la demolición de dos de los torreones del Cuartel Bellavista. También sucedió en 1969, la no menos importante venta del predio donde se ubicaba la Biblioteca Nacional cuyos nuevos propietarios demolieron en 1971, para construir un parqueo”, dijo.

Cuartel Bellavista Foto: José Francisco Chacón Pacheco

Luego de este movimiento moderno, vienen otros como el Post-modernismo, el estilo Santa Fe, el neocolonial que logran aspectos históricos y climáticos, muy relevantes.

Álvaro Rojas, concluye que es así como en los últimos 200 años se conceptualizan muy buenos proyectos arquitectónicos, pero son tan pocos que no han tenido influencia en el pensamiento del diseño arquitectónico ni urbano.

Álvaro Rojas

“En síntesis, el legado en diseño y arquitectura de los últimos 200 años es un tanto diverso, y si bien fue muy bueno a finales del siglo XIX y parte del siglo XX, actualmente no estamos pasando por un período  «alto» en arquitectura y diseño”, concluye.

Por su parte el Vicepresidente de OPB Arquitectos, finaliza indicando que la historia más reciente y en contraposición del auge del Movimiento Supermodernista, se caracteriza por el trabajo de varios arquitectos que enarbolan la bandera del Regionalismo Crítico y la Arquitectura Bioclimática y el Diseño Sostenible, lo cual hace pensar qué, por primera vez en nuestra historia, las construcciones empiezan a responder verdaderamente a la realidad histórica, coyuntural y contextual del país.